Cuando en 1994 el empresario Cristóbal Marte tomó las riendas del proyecto de selección de voleibol femenino de República Dominicana, su meta fue mejorar en todos los sentidos las condiciones de las atletas.
Se trazaron planes a largo plazo, comenzando con la preparación de entrenadores que pudieran trabajar con las jóvenes desde temprana edad. También se adecuaron las instalaciones de la villa de atletas en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, creando espacios más amplios y cómodos. Además se estableció que, como parte del compromiso de pertenecer a las selecciones, las jugadoras debían cumplir con sus estudios.
Y más importante aún, se propuso no seguir con la costumbre del deporte dominicano de conformar selecciones en pocos días, llegando a las competencias sin trabajo en equipo, con jugadores que no se conocían entre sí.
“La idea principal era darle a las muchachas las herramientas necesarias para poder desarrollarse”, explica Marte.
Cuatro años después de iniciado el proyecto, Dominicana participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Maracaibo. El equipo estaba conformado por Nurys Arias, Yudelkis Bautista, Milagros Cabral, Evelin Carrera, Flor Colón, Carmen García, Juana González, Francia Jackson, Juana López, Sofía Mercedes, Cosiris Rodríguez y Annerys Vargas.
De Venezuela volvieron con la plata, solo superadas por la fortísima selección cubana. Las dominicanas se habían convertido en princesas, pero tenían la aspiración de ser las reinas de todo el Caribe.
En 1999, las quisqueyanas terminaron en el cuarto lugar de los Juegos Panamericanos de Winnipeg.
No consiguieron su clasi cación para los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, por lo que no habría oportunidad de enfrentar a sus rivales regionales en el evento mundialista. La próxima oportunidad parecía ser los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador en 2002, sin embargo Cuba boicoteó el evento con su ausencia, dadas las diferencias políticas con el gobierno de Francisco Flores.
República Dominicana conquistó el oro en San Salvador, pero la espina de no haber vencido a Cuba era algo que se mantenía en los corazones de las integrantes del equipo.
En 2003, la selección vio un cambio de dirigentes, el cubano Jorge Pérez Vento, quien había encabezado el equipo por ocho años, fue reemplazado por su compatriota Jorge Garbey. Ese año, la selección pasó a estar conformada por Nurys Arias, Yudelkis Bautista, Milagros Cabral, Evelyn Carreras, Alexandra Casó, Juana González, Sofía Heredia, Francia Jackson, Kenia Moreta, Priscilla Rivera, Cosiris Rodríguez y Annerys Vargas.
El tiempo juntas las llevó a congeniar y les dio una ventaja en la cancha, la una llegaba a anticipar los movimientos de la otra. Esa compenetración quedó demostrada ese año con un desempeño sorprendente en el Montreux Volley Master, donde a pesar de obtener un récord de 0-4, tuvieron juegos reñidos con grandes equipos, como el chino.
Luego de una ronda de fogueos contra España, en la II Copa Panamericana de Voleibol Femenino, celebrada en Saltillo, México, el equipo quedó en segundo lugar detrás de Estados Unidos, luego de haber derrotado a Cuba durante la semi nal, en cinco batallados sets.
Estos dos torneos fueron claves para la preparación de las dominicanas previo a los Juegos Panamericanos de 2003 en Santo Domingo. “Los Panam eran de vital importancia para nosotras”, recuerda la entonces capitana, Milagros Cabral. “Estábamos en nuestro país. Todo el mundo nos miraba de cerca y queríamos darle un regalo importante al pueblo”.
Tras derrotar a Brasil en la semi nal, el país tendría la oportunidad nuevamente de medirse frente a las cubanas para de nir la monarquía del Caribe en el voleibol femenino.El Palacio de Voleibol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte estaba totalmente abarrotado. Todo Santo Domingo, colmados, bares deportivos, la gente frente a los televisores en sus casas, estaba pendiente a lo que sucedía a ambos lados de esa malla: por una década, ese partido nal en los Panamericanos de 2003 fue considerado como el evento deportivo de mayor audiencia de la televisión nacional, solo superado por la nal del Clásico Mundial de Béisbol de 2013, cuando República Dominicana se coronó campeona.
El partido terminó con parciales 25-16, 25-17, 14-25, 26-28 hasta que el último set terminó 15-13 en favor de las dominicanas. Las reinas del Caribe eran o cialmente quisqueyanas.“El apoyo del público fue lo más grandioso que viví en mi carrera”, rememora Cabral. “Todas estábamos perplejas por la manera en que la gente reaccionó con esa victoria. No podíamos creer tanto cariño de tanta gente para nosotras”.
Esa misma selección, consiguió un boleto a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde terminó con marca de 1-4. Cabral, la capitana, asistió posteriormente a Londres 2012, donde con un quinto puesto se despidió de las canchas, y actualmente se desempeña como directora en el Ministerio de Deportes. Luego de seguir el camino de Cabral, solo dos integrantes de ese equipo monarca, Annerys Vargas y Priscilla Rivera, forman parte de la selección dominicana.