En 2009, Gabriel Mercedes y Yudelkis Contreras ya tenían carreras deportivas destacadas, pero ambos se encontraban en una encrucijada: no
era fácil dividir el tiempo de preparación deportiva y conseguir el sustento propio y el familiar, para además agregar estudios universitarios. Ninguno daba con un plan especí co para lograr terminar sus carreras.
Ahí entró el programa Creando Sueños Olímpicos (CRESO), que garantiza que los atletas de élite puedan competir en todas las citas importantes para desarrollarse a un alto nivel, a la vez que busca brindarles acceso a una preparación académica que les permita ser productivos tras sus carreras deportivas. CRESO procura que después de cumplir sus sueños olímpicos los bene ciados puedan integrarse al mercado laboral con una preparación que les ayude asumir roles de liderazgo.
La historia del programa inicia en un vuelo de Nueva York a Santo Domingo en 2009, cuando el presidente del Comité Olímpico Dominicano, Luisín Mejía Oviedo, se encontró con el empresario Felipe Vicini. Ahí conversaron sobre la situación del deporte quisqueyano y cómo podría mejorarse.
En ese entonces el país contaba con una medalla de oro olímpico en atletismo, conquistada por Félix Sánchez en los 400 metros con vallas en Atenas 2004, así como el oro de Félix Díaz en boxeo y la plata de Mercedes en taekwondo, logradas en Pekín 2008. En otras palabras; en materia de medallas, ese último año un país con un PIB de US$46.3 mil millones se había igualado a Portugal y su PIB de US$249.8 mil millones.
¿Cómo esa pequeña nación lograba tanto?, y ¿cómo hacerlo mejor? Tres semanas después de esa conversación entre las nubes se dio, con los pies en la tierra, la primera reunión del proyecto que buscaba impulsar los sueños olímpicos de los atletas dominicanos de alto rendimiento. Así nació un programa que hoy apadrina a 15 disciplinas deportivas, incluyendo el atletismo, el taekwondo, la haltero lia, el balonmano, el sóftbol y la esgrima, un deporte que don Gianni, líder de la tercera generación de la familia Vicini, practicaba en el equipo nacional.
La inversión original era de alrededor de medio millón de dólares, con 36 atletas bene ciarios. En un inicio, estos fondos vinieron de INICIA, antigua VICINI, luego de que todos los demás miembros de la familia, socios de la rma, apoyaran la iniciativa de Felipe.
“CRESO representa una estabilidad y un apoyo fundamental para el deporte de alto rendimiento, porque garantiza poder hacer una programación de un calendario de competencias, los deportes se pueden plani car debidamente gracias a la seguridad que otorgan los fondos provenientes del programa”, explica Mejía Oviedo.
Los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010 fueron el primer escenario donde se evaluarían los resultados de las primeras inversiones de CRESO, y los retornos no pudieron ser mejores, el equipo de balonmano consiguió su primera medalla de oro como deporte de conjunto, mientras que en esgrima, un deporte que nunca antes había ganado medallas en competencias a ese nivel, y que para 2003 ni siquiera contaba con una Federación, se alcanzaron seis preseas. En los Panamericanos de Guadalajara en 2011, el país quedó en noveno lugar del medallero, y 28 de las 33 medallas conquistadas se lograron en disciplinas en las que invierte el programa.
Ese desempeño fue motivación para que compañías locales como Banco Popular, Grupo Rica, Grupo SID, Claro Dominicana, Central Romana Corporation, Ferquido, Grupo Corripio, TOTAL y Seguros Universal se unieran a la iniciativa. Gracias al compromiso a largo plazo del empresariado dominicano, de 36 atletas iniciales el total actual ronda los 90; de US$500 mil la inversión hoy es de US$1.5 millones, y la meta proyectada para 2020 es tener unos cinco socios adicionales para llegar a US$2 millones.
Las empresas participantes proveen fondos al CRESO, quien asigna cerca de un 75% al Comité Olímpico Dominicano y una cuarta parte a FUNDAPEC, para cubrir costos educativos.
CRESO aspira a que cada dólar invertido en alto rendimiento sea igualado por el Estado dominicano, para así catapultar los deportes que tengan mayor potencial de éxito. De hecho, la selección de esos deportes con posibilidades de medalla se hace de forma cuidadosa en un proceso extenso.
Primero, los atletas seleccionados son recomendados por la comisión técnica del Comité Olímpico Dominicano. Luego, las federaciones deportivas presentan proyectos con sus plani caciones y los deportistas con potencial olímpico, para ser evaluados en base a cada ciclo de preparación de cuatro años. Al nal de cada uno se analizan los resultados y se determina cuáles deportes continúan en el programa, cuáles se pueden desarrollar y cuáles otros pueden ser incluidos, sobre todo de cara a Tokio 2020.
En caso de que un atleta tenga proyección a mayor plazo, es decir, a ocho años y no a cuatro, se evalúan las posibilidades del mismo para recibir apoyo.
Sin embargo, CRESO no pretende medir el éxito de los atletas dominicanos en medallas, sino en los sueños alcanzados al pisar territorio olímpico. Obviamente, si esos sueños se traducen en medallas, mucho mejor, pero se tiene la conciencia de que mientras más atletas lleguen, más atletas podrán ganar, y la meta de CRESO es incidir para lograr elevar esos números.
En la historia deportiva muchos atletas han tenido un mal manejo de su vida posterior a su carrera en el deporte, al carecer de una educación formal. Sin embargo, otros como Moisés Alou y Stanley Javier se han destacado por su preparación, llegando a convertirse en gerentes y empresarios.
Siguiendo esa línea, la idea de CRESO es que la productividad del atleta no nalice cuando despierte del sueño, sino que le permita lograr una estabilidad económica aun después de su carrera deportiva. Por eso provee a sus bene ciarios apoyo educativo en nivel de bachillerato, licenciatura o maestría, así como el asesoramiento profesional y psicológico para convertirse en líderes no solo en el terreno de juego, sino también en la vida, para eso, dos psicólogas deportivas les ayudan en materia de autoestima, inteligencia emocional y adaptación social.
Dos perfectos ejemplos de ese proceso son los mismos Gabriel Mercedes y Yudelkis Contreras, quienes se gradúan de licenciados en contabilidad este año en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, respectivamente. Ambos han sido líderes deportivos, y ahora tienen la oportunidad de trasladar esas fortalezas a otras áreas. Con el apoyo de CRESO, seguramente serán los primeros de muchas glorias deportivas en bene ciar al país en más de una faceta de su vida.